Terror in the Highway

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Stuck on the road

There is a deep knowledge in my soul that this entire event is nothing more than a setup. Last Sunday, while blessing the people, I proclaimed that everything be peace and everybody be enamored of Jesus.

No accidents, no incidents.

The next day, my boat rocked. As I was parking at the gym, I noticed a light on my dashboard: EPC. I prayed : Father, I should know better, I shouldn’t worry because I know you are here, but I am concerned.

Aladdin’s lamp, it was red on my dashboard.

To compound my concern, suddenly on the dashboard appeared, not a light, but the shape of a large red Aladdin’s lamp dripping oil. I was startled! It was a busy morning. My nature is calm and serene, but events were happening quickly and dangerously, more than I could bear.

In the bank parking lot I turned it off for a while. And I imitated David in I Samuel 30:6. So I drew strength from the Lord my God, feeding on John 14:1:

““Don’t let your hearts be troubled. Trust in God, and trust also in me.”

As I continued to chew these words, allowing each little morsel to sink into my mind and heart, fear faded away and strength advanced. I was able to get home safely and the scary lamp didn’t appear again. Praise the Lord!

The Lord brought me safe and secured!

The peace that surpasses all understanding increases in this entire scenario. And I am more enamored of Jesus!

This is my Story! Which is Yours?

Terror en la carretera

Atrapado en la carretera,.

Hay un profundo conocimiento en mi alma de que todo este evento no es más que una preparación. El domingo pasado, mientras bendije al pueblo, proclamé que todo fuera paz y que todos estuviésemos enamorados de Jesús, no accidentes ni incidentes.

Al día siguiente, mi barco se sacudió. Mientras estacionaba en el gimnasio, noté una luz en mi tablero: EPC. Oré: Padre, debería saberlo mejor, no debería preocuparme porque sé que estás aquí, pero estoy preocupada.

Era una lámpara roja goteando aceite.

Para agravar mi preocupación, de repente en el tablero apareció, no una luz, sino la forma de una gran lámpara roja de Aladino goteando aceite. ¡Me sobresalté! Fue una mañana ocupada. Mi naturaleza es tranquila y serena, pero los acontecimientos sucedían con rapidez y peligro, más de lo que podía soportar.

Lo apagué en el estacionamiento del banco por un rato. Y luego imité a David en 1 Samuel 30:6. Así que me fortalecí en el Señor mi Dios, alimentándome de Juan 14:1:

“No se turbe vuestro corazón. Confía en Dios y confía también en mí”.

Mientras continuaba masticando estas palabras, permitiendo que cada pequeño bocado penetrara en mi mente y corazón, el miedo se desvanecía y la fortaleza avanzaba. Pude llegar a casa sana y salva y la lámpara aterradora no volvió a aparecer. ¡Alabado sea el Señor!

El Señor me trajo salva y segura a casa.

La paz que sobrepasa todo entendimiento aumenta en todo este escenario. ¡Y estoy más enamorada de Jesús!

¡Esta es mi historia! ¿Cuál es la tuya?